Ya os he hablado del miedo antes, de cómo fue el día de mi 32 cumpleaños enfrente del Mont Blanc. Por si os lo perdisteis aquí podéis ver como fue.

No me considero alguien miedoso, pero hace un par de noches tuve una sensación un tanto incómoda.

Estaba conduciendo hacia el norte de Gales, cuando después de bastante tiempo, en la carretera, empecé a buscar un sitio donde pasar la noche. Vi una señal de carretera sin salida. Me encantan estas carreteras, muchísimas veces encuentro sitios geniales.

 

 

Así que allí fui. Seguí conduciendo y llegué a un sitio muy chulo. Al lado de un río, lejos del tráfico y de las casas. Así lucía la furgo en este sitio.

 

 

El tiempo no acompañaba, así que me quedé en la furgoneta preparando la cena, prontito por supuesto.

Era ya totalmente de noche y hacía bastante frío. Salí fuera a hacer mis necesidades, esta vez asegurandome de dejar las puertas abiertas para poder volver a entrar. No había absolutamente nada de ruido ni luz, así que salí con mi linterna.

Historias para no dormir

Tuve una sensación rara, como de miedo. Estoy acostumbrado a estar en sitios así. En ese momento estaba solo, no había absolutamente nada de ruido más que el de un pequeño riachuelo. Creo que era la primera vez que sentí esta sensación.

Tenía un buen plan. Serie y manta. No suelo ver series de miedo, pero la verdad es que me gustan.

Ya estaba con este planazo cuando escuché un ruido fuera. No le di mucha importancia y seguí tan agusto con la manta y con la serie. Más tarde los ruidos aparecieron de nuevo. Paré la serie e intenté ver qué era lo que había fuera de la furgoneta. No veía absolutamente nada. Sin salir de la furgoneta, decidí apagar todas las luces para ver mejor fuera. Cogí la linterna y empecé a alumbrar donde estaba escuchando esos ruidos tan raros. Venían de la rueda trasera izquierda de la furgoneta.

Si, estaba asustado. Lo normal hubiese sido salir con una linterna y ver qué estaba pasando, pero no se muy bien por qué, pero no me atreví.

Seguía intentando adivinar que era ese ruido, pero no veía nada. Di un golpe en la puerta de la furgoneta y el ruido paró. Entiendo que sería algún animal, pero la verdad es que no me atreví a salir para comprobarlo. Cerré todas las puertas y quité la serie, que creo que no me estaba ayudando demasiado.

Le mandé un mensaje a mi buen amigo Jon contándole todo esto. Él, que es muy simpático contesto;

Ten cuidado…

¿Conoces las historia del chupacabras?

Así que ya mucho más tranquilo, me fui a dormir. La verdad es que enseguida se me paso, dormí perfectamente y mis sueños ni siquiera se vieron afectados.

Al día siguiente me desperté con un bonito amanecer desde mi ventana. Luego cuando me levanté, me encontré con una sorpresa.

 

 

 

 

 

El riachuelo de al lado había crecido. No tenía ninguna pinta de seguir haciéndolo y la furgoneta estaba sobre piedra así que no me preocupé. Al rato volvió a bajar a la altura normal.

Horas más tarde, vi a una señora que estaba paseando con su perro y me paré a charlar un rato con ella. Me dijo que ayer me vio y que estuvo a punto de avisarme sobre la subida del río, pero no me dijo nada porque sabía que no tendría problemas. Eso sí, me dijo que hoy me tenía que ir, que probablemente el río subiría bastante más. La señora, que vive en la casa más cercana de donde estaba, dijo que en un rato movería su coche de sitio por si acaso.

Parece que me gusta estar «en el agua». Porque la última vez también estuve cerca. Andaré con más cuidado a partir de ahora.

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