Me voy
Llevo exactamente un mes en «casa». Y es el momento de partir de nuevo. ¿Hacia dónde?
Voy rumbo a Annecy. Ya escribí hace un tiempo sobre la perla de los alpes franceses, es un sitio que me alucina. Está en Francia a tan solo media hora de Ginebra, Suiza. Pasé allí unos días en mi primer viaje sin compañía cuando hice interrail para llegar hasta Roma. Eso fue en Enero de 2014, pero el verano anterior (2018) también pasé unos días allí con Leila, una amiga que conocí gracias a Couchsurfing.
Esta vez tampoco estaré solo en Annecy. El año pasado le regalamos a mi padre un viaje para visitar Suiza y Annecy. Pero no es un viaje para que disfrute él solo, lo disfrutará con sus hijos, sus nietos, su yerno y su mujer. Así que viajaremos en familia al igual que hicimos hace un par de años en Cerdeña.
¿Y después qué?
Mi familia volverá después de una semana, pero yo no. Aprovechando que estoy en Suiza pasaré una temporada en el país de los chocolates, los lagos y los quesos. Además ahora podré poner en práctica el método Wim Hof bañándome en los fríos lagos que encuentre en mi camino.
Este año quiero viajar menos pero disfrutar más. No quiero hacer tantos kilómetros, lo que quiero es vivir una pequeña temporada en cada país como hice en el Algarve.
Dos grandes mejoras
Este año tengo dos grandes soluciones que mejorarán mucho mi calidad de vida.
La placa solar que he instalado hace poco se que me ayudará mucho, ya que si hace buen tiempo, no tendré que hacer kilómetros para cargar la baterías de la furgoneta. Así que podré conseguir mi propósito de vivir más los sitios, en vez de simplemente conocerlos. Además al hacer menos kilómetros conseguiré gastar aún menos.
Por otro lado voy a Suiza ahora, que es Abril, lo que es genial ya que las montañas están nevadas y el paisaje será más espectacular si cabe. Lo malo es que vivir y viajar en una furgoneta con mucho frío o con mucho calor no es lo más agradable. Ahora tengo algo que antes no. Una calefacción estacionaria.
Hasta ahora tenía una pequeña calefacción de gas que está pensada para usar en exteriores. Esta calefacción consume oxígeno así que hay que usarla con las ventanas de la furgoneta un poco abiertas. Funcionan con las mismas botellas de gas que uso para cocinar.
Ahora en cambio tengo una calefacción estacionaria que está fija en la furgoneta y que mediante un tubo de escape expulsa el humo de la combustión fuera. Además tiene un mando control remoto y un programador que permite que se encienda a una hora concreta.
Lo malo de esto suele ser la instalación. Hay que agujerear el suelo de la furgoneta y conseguir que que la calefacción succione gasoil que es lo que usa para funcionar. Tengo la gran suerte de que un buen amigo me ayudó con la instalación (y muchas cosas más) y ahora puedo disfrutar esté donde esté de un calor seco dentro de mi hogar sobre ruedas.
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