Ayudando en el paraíso (II)

Ayudando en el paraíso (II)

Esta es la segunda parte de «Ayudando en el paraíso«. Si te perdiste la primera, aquí la tienes.

En playa de Albandeira, cuando estaba traviajando, escuché un ruido extraño proveniente de un coche. Era como si llevase latas de recién casado. Le miré y vi que algo estaba arrastrando por el suelo. Un señor de cierta edad se baja del coche y me mira con cara de desesperación.

Me acerqué a él y vi que lo que tenía en el suelo era el silenciador del coche. Así que cogí una especie de colchoneta que tengo en la furgoneta, la puse en el suelo, y me metí debajo de su coche para echar un vistazo. En seguida conseguí quitarle el silenciador, preparamos el maletero y se lo metí dentro. Así podría llevarlo hasta un taller sin tener que arrastrarlo por ahí.

 

 

El señor no es que estuviese agradecido, si no lo siguiente. Era un sueco que tiene una villa alquilada por la zona. Me sorprendió que me dijo que venía desde Suecia en coche con su familia, más de 3000 kilómetros. Estaba pagando 700€ al mes por una casa para seis con piscina en pleno paraíso. Claro es temporada baja, pero ya hablaré más tarde de lo que pienso sobre la «temporada baja» del Algarve portugués.

 

Una anécdota graciosa

Esta historia con el silenciador me recuerda a una anécdota que contaba mi tío Jose. Recuerdo que de pequeño no me gustaba ir a las comidas o reuniones familiares, pero cuando estaba él todo era distinto.

Mi tío Jose no era especialmente hábil conduciendo ni con los coches en general. Le gustaba tan poco conducir, que contaba como cuando iba a hacer un viaje, si veía un autoestopista, paraba y le preguntaba si sabía conducir, si la respuesta era afirmativa, le cogía y le ponía al volante.

Pero algo que me hacía mucha gracia, es cuando contaba que una vez mientras conducía, escuchó un ruido extraño, se bajó del coche y vio que su tubo de escape estaba en el suelo. Así que lo cogió y lo metió en el maletero. Fue a un taller  y le contó que se le había caído el tubo de escape, el mecánico le miró alucinado y le dijo: Señor, mire, su tubo de escape está en su sitio, y eso que lleva en el maletero es el tubo de escape de un camión.

Es una anécdota con la que me reía a carcajadas. Cómo echo de menos sus historias.

 


😍 ¿Te ha gustado lo que has leído? 😍

Si quieres ayudar al proyecto de Viajando Simple:

  1. He publicado un libro. Puedes comprar esta guía para ti o para otra persona interesada en el mundo camper.
  2. ¿Vas a comprar algún producto en Amazon? Puedes hacerlo a través de mis enlaces, gano una pequeña comisión sin que a ti te cueste nada extra y así apoyas estos contenidos. O incluso puedes echar un vistazo a mis artículos favoritos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *