Viajando mes y medio con una Volkswagen T3 de 1986

Viajando mes y medio con una Volkswagen T3 de 1986

Ya os he hablado antes de este viaje que hice el año pasado. Fue mi primer viaje largo en furgoneta, un mes y medio con una Volkswagen T3 de 1986.

Se acercaba el mes de Noviembre, un mes muy flojo en mi trabajo. La intención de mi jefe era que durante los meses de Noviembre y Diciembre trabajase a media jornada. Yo le propuse que durante el mes de Noviembre directamente no trabajase, por supuesto tampoco cobraría nada. Javi lo pensó y me acabó diciendo que si. Genial.

Sobretodo, quería viajar por la Costa Brava y por Andalucía, y así aprovechar dos zonas de mucho sol, que en noviembre se agradece mucho.

Al final el viaje se convirtió en un viaje por el sur de Francia, Costa Brava, Andalucía y Algarve. Este es el recorrido aproximado que hice.

mes y medio con una Volkswagen T3 de 1986
Recorrido aproximado de mi viaje

 

El principio del viaje no fue muy fácil. Si no recuerdo mal en 5 días se me averió la furgoneta tres veces. Incluso mi amigo Ander vino un día a Baiona para ayudarme a purgar el radiador. Esos cinco días aprendí mucho, sobre mecánica y sobre mí mismo. Principalmente fallaron dos cosas, una abrazadera que se rompió en dos ocasiones y un manguito. Si no recuerdo mal el coste de cada abrazadera era de 2,5€ y 10€ el manguito. Así que la mayor faena fue el hecho de quedarme tirado.

Viajando mes y medio con una Volkswagen T3 de 1986
Esta era la abrazadera que se rompió en dos ocasiones.

Después de esos cinco días de estrés y aprendizaje, recorrí casi 5000kms  hasta casa, durante 35 días, sin un solo fallo mecánico. Y lo mejor de todo es que conducía con una sonrisa de oreja a oreja simplemente por ver que la furgo tiraba y tiraba sin problema alguno.

Resumen del viaje

En el sur de Francia conocí a unos Couchsurfers increíbles. Me viene a la cabeza Aurelien, un francés loco del vino que vive en Narbonne, es manager de un restaurante allí, y en su tiempo libre se dedica a viajar y cuando no puede, a acoger a gente en su casa. Ha acogido a más de 200 Couchsurfers. Antes siquiera de conocerme, me decía que fuese a su casa cuando quisiera (ya que trabajaba casi todo el día), que el portal se abría con una contraseña y que la puerta de su casa siempre estaba abierta. Un tipo genial.

Siguiente destino, Costa Brava. Me encanto viajar por allí, al ser Noviembre apenas había gente y hacía un tiempo increíble.

Viajando mes y medio con una Volkswagen T3 de 1986
Cap de Creus, Costa brava
Viajando mes y medio con una Volkswagen T3 de 1986
Admirando aguas cristalinas en la Costa Brava

Luego pasé por Empuriabrava, no sé si lo conocéis, me pareció muy muy curioso. Se ve que es un sitio super turístico, pero claro en Noviembre estaba muerto. Está lleno de canales, pero todo es super artificial, me pareció muy muy raro. Allí saqué esta maravillosa foto.

 

Viajando mes y medio con una Volkswagen T3 de 1986
En Empuriabrava con mi vieja furgo del año 1986

En Barcelona estuve con mi primo Alex y con su novia Beta. Me encantó haber parado allí y pasar unos días con ellos.

Después estuve unos días en Granada, que me encanta, además conocí a un alemán que viaja en su camión camperizado, os dejo una foto.

Viajando mes y medio con una Volkswagen T3 de 1986
Compañero viajero en Granada

Luego fui a Córdoba donde pasé unos días con Hannah, una profesora inglesa que actualmente vive en Sevilla. No conocía Córdoba, me encantó. De allí nos fuimos a Sevilla, donde pasé unos días antes de partir al Algarve. Me alucinó el Algarve, sobre todo Praia de Marina, donde pasé unos cuantos días.

Viajando mes y medio con una Volkswagen T3 de 1986
Praia de Marinha, Algarve
Viajando mes y medio con una Volkswagen T3 de 1986
Amaneciendo en Praia de Marinha

Del Algarve fui prácticamente directo a Salamanca. Allí acababa mi viaje. Después de mes y medio con una Volkswagen T3 de 1986, me di cuenta de que fue uno de los mejores de mi vida. Aunque parezca una locura, me encantó tener todos esos problemas mecánicos los primeros días, gracias a eso, disfruté muchísimo más del resto del viaje.

Me encanta la gente que usa sus Kombis para viajar como Pablo y Bea. No os equivoquéis, estos viejos vehículos están para usarlos, no para tenerlos super mimados en un garaje y sacarlo solo los domingos.


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