Mi aventura en Australia
En el libro «Cómo vivir y viajar en furgoneta» ya hablé un poco de mi aventura por Australia, pero ahora quiero compartir algo más.
¿Por qué me fui a la otra punta del mundo?
En 2013 salía con una chica italiana y teníamos una relación a distancia. Tras numerosos viajes a Roma, optamos por buscar un lugar en el mundo donde empezar a vivir una relación de pareja «normal».
El lugar elegido fue Australia, un país donde yo quería haber pasado un año de mi vida para aprender inglés, pero que por un motivo o por otro no lo hice (excusas) .
La ciudad más aislada del mundo
Australia es un país más grande que Europa y teníamos que elegir un lugar concreto donde ir. Elegimos Perth, la ciudad más aislada del mundo. Esto es porque la ciudad de más de un millón de habitantes más cercana está a 2000 kilómetros de distancia.
Perth no es una ciudad muy bonita que digamos, pero tiene la mejor meteorología del país, los sueldos más altos, y la mayor tasa de empleo. Además está localizada en Western Australia, el estado con menos población no australiana de todo el país y repleto de playas salvajes, de arena blanca, totalmente vacías. También es conocida como la costa con más tiburones de Australia.
Furgonetas camper
No puedo escribir aquí sin mencionar mi tema favorito, las furgonetas.
En las antípodas fue donde viajamos por primera vez de esta forma, concretamente una Toyota Tarago de los 90 muy bien equipada.
Me gustó tanto la experiencia que al poco tiempo ya estaba buscando una igual. Bueno en realidad era el mismo modelo, pero por dentro era una simple monovolumen llena de asientos (la que alquilamos estaba totalmente camperizada). Pagué 1000€ al cambio por mi primera «camper».
¿Qué hacíamos en Australia?
Llegué a Australia con un visado de estudiante, en esa época aún no existía la Work and Holiday Visa para los españoles. Así que con ese visado podía, además de estudiar, trabajar a media jornada en el país.
Tuve diferentes trabajos; lavaplatos, ayudante de cocina en la armada, profesor de español, vendedor de coches… Lo bueno es que además de trabajar, gracias a que los sueldos eran muy altos, podía viajar mucho. Incluso descubrí una nueva afición, volar aviones teledirigidos.
Vivir en una furgoneta
Me encantaba viajar en furgoneta, además habíamos cambiado esa vieja Toyota Tarago por una Ford Econovan más vieja aun, era de 1987. Esta furgoneta estaba totalmente camperizada y funcionaba, tanto a gas, como con gasolina. Antes de arrancarla tenías que elegir como la querías hacer funcionar. A gas era mucho más barato pero en cuanto salías de la ciudad de Perth, ya no encontrabas ninguna gasolinera que lo proporcionase.
Un día, sin pensarlo demasiado, le propuse a mi pareja dejar el piso donde vivíamos para mudarnos a la furgoneta. El plan era estar unos pocos meses más en el país y luego volver a casa. Le expliqué que nos ahorraríamos mucho dinero y que sería una experiencia única.
Misteriosamente me dijo que si. Yo ni siquiera lo tenía claro, ya que estaba convencido de que ella me pararía los pies con esta locura. Como contestó afirmativamente, no pude desaprovechar la ocasión, así que llamé al casero y le dije que dejábamos el piso.
Viviendo en una furgoneta y trabajando en una ciudad
Desde el primer momento a mi me encantó la vida en furgo, a ella no tanto. Al cabo de dos meses, me dejó solo en la furgoneta y alquiló una habitación en un piso compartido.
Durante esos meses nos movíamos por la ciudad e íbamos a gimnasios a ducharnos. Hubiese sido genial tener un trabajo en algún lugar que tuviese duchas, como un centro de yoga o un polideportivo.
Para mi particularmente no fue muy complicado trabajar mientras vivía en la furgoneta. Por supuesto es más fácil cuando estás de vacaciones, pero si te organizas, para mi compensa. El simple hecho de no pagar alquiler y poderte ir fuera cada fin de semana con tu casa ya preparada para mi lo compensa.
Luego volvimos a «casa» y yo seguí comprando furgonetas camper.
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