Desde que he llegado a «casa», he tenido la oportunidad de hospedar y conocer un poco más a tres grandes personas en el mundo de las furgonetas camper.

Amandine

Amandine es una chica belga que entrevisté mientras yo estaba en Noruega y ella en Italia.

Hace poco ella pasaba por el País Vasco en su camino hacia el sur y se quedó unos días en casa.

Fue genial poder escuchar a alguien que hace unos pocos meses se ha iniciado en el mundo camper.

Como bien dice ella;

My life is awesome (Mi vida es increíble)

Para esto no hace falta vivir viajando, solamente hace falta huir de lo que no te hace feliz y perseguir lo que te hace estar motivado día a día.

En seguida me di cuenta de Amandine era una chica especial, con la que me llevaría muy bien. En cambio, Pavarotti y Aaya (mi gato y su perro) no se hicieron tan amigos.

Amir

Amir, un chico Iraní que conocí en 2018, cuando me hospedaba en su casa de Berlín gracias a Couchsurfing.

No había visto una furgoneta camper jamás. Al ver la mía, no dudo ni un día en empezar a buscar un proyecto parecido.

En Julio de 2019, cuando volví  a Berlín, me tenía un plan preparado de los que me gustan. Fuimos a ver diferentes furgonetas camper que previamente él había fichado.

Acabo comprando esta por 1000€.

Le ayudé a quitar el panelado y a buscar las partes que necesitaría para convertir esa furgoneta en una casa rodante.

En Noviembre, cuando volví a Berlín después de viajar por Dinamarca, Noruega y Suecia, él ya tenía la furgo casi terminada.

En Diciembre emprendió su primer gran viaje hacia el sur de España y Portugal.

Paró en mi «casa» casi una semana. Estuvo reparando algunas cosas que se le habían estropeado en sus primeras semanas de viaje. Solo os diré que si pegáis placas solares al techo de vuestra furgoneta, aseguraros de que están bien sujetas.

Antonio

Muchos le conoceréis de Campervan de Ruta, pero ahora Antonio ha creado un nuevo proyecto en solitario llamado Camperruteros.

Aprovechando que estaba por la zona, le dije que se pasase por aquí y así poder conocernos, entrevistarlo y compartir vivencias.

Como a todo buen viajero, le invité a que se diese una ducha en «casa». Sé que de momento es lo que más echa de menos.

Fue genial pasar un par de días con alguien que sabe tanto de furgonetas.

Ayudar

Como ya he repetido hasta la saciedad, 2019 ha sido probablemente el mejor año de mi vida. Uno de los motivos es por todo lo que aprendí.

En Enero de ese genial año, estuve unos días en un Ashram y en el Algarve. Allí aprendí unas buenas lecciones, como por ejemplo, que ayudar me hace feliz.

Esto lo habrás escuchado más veces, igual que yo. Pero en mi caso no fue hasta ese momento que lo experimenté y lo entendí.

Acercarte a alguien que tiene problemas mecánicos con su vehículo y ofrecerte a remolcarle, llevarle a un taller o lo que sea, te hace feliz.

El simple hecho de dejar que se dé un baño de agua caliente a alguien que vive viajando, o dejar una toalla de verdad a alguien que lleva meses usando toallas de secado rápido, es increíble.

Son pequeñas acciones, que no sé verdaderamente a ellos, pero a mi me hacen muy feliz.

Así que si quieres ser más dichoso, haz pequeñas cosas por los demás.

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