Historias de una luna
Todas las noches contemplamos la luna, brillante y cambiante. No, ahora en serio, voy a contaros la historia interminable de la luna delantera de mi furgoneta.
Cómo empezó todo
Hace ya casi un par de meses que tuve un problemilla cuando estaba en un bosque en Gales. Salí a hacer pis y no puede volver a entrar en la furgoneta, así que tuve que buscar una piedra para romper la ventana y poder entrar. Lancé la piedra con ángulo (aquí podéis ver el motivo) con la mala suerte que además de romper la ventana, le hice una pequeña raja a la luna delantera (parabrisas).
Mi seguro no me cubre las lunas, así que aunque no me urgía, me puse a investigar un poco por allí. En Carglass de Reino unido me dieron un presupuesto de más de 450€, me pareció una locura, así que seguí buscando.
La opción más económica y lógica parecía buscar en algún desguace. Así que una semana antes de volver a casa me puse a llamar a desguaces del País Vasco. Además de la luna estaba buscando un asiento nuevo. En Irun encontré un desguace donde tenían las dos cosas que necesitaba, genial.
Empieza la odisea
Estaba en Irun, me enseñan la furgoneta a la que van a quitar la luna delantera y el asiento, doy el Ok y se ponen a ello. No se si habéis estado en un desguace alguna vez, esta era mi primera. Me pareció un sitio muy curioso, con un montón de coches casi vacíos con las tripas por el suelo, me recordó a alguna escena de una película de miedo.
El asiento daba bastante asco de lo sucio que estaba, pero me había vuelto loco para encontrarlo, así que me tocaría limpiarlo a fondo. Me decían que quitar la luna les llevaría un rato. Estuve esperando una hora y media hasta que me dicen que han roto el cristal al sacarlo. Así que me voy con un asiento guarro, con mi furgo con la ITV caducada y una raja en la luna que cada día crecía y crecía.
Segundo intento
Localizo otra luna, me dicen que cuando la tengan preparada me llaman. Como no me llamaban me pongo en contacto con ellos y me dicen que hay que quitar la luna cuando no haga mucho frío para que no se rompa. Al día siguiente me llaman para decirme que la luna se ha roto al intentar sacarla.
Como veo que conseguir una luna usada va a estar difícil me pongo a buscar lunas nuevas. De nuevo llamo a Car Glass, esta vez a la sede Española. Me dan prácticamente el mismo presupuesto que en Reino Unido, 430€. Sigo buscando y Cristalbox me da un presupuesto bastante inferior, 320€.
Tercer intento
A la tercera va la vencida dicen. Me pongo en contacto con otro desguace, La Cabaña, uno de los desguaces más importantes de la zona. Me dicen que tienen una luna en Barcelona y que me la envían al taller que yo les diga. Unos días más tarde me llaman para decirme que con las fiestas tardaría un poco más en llegar, les pregunto si han podido sacar la luna, a lo que me responden que sí.
Ayer tenía que llegar la luna al taller. Recibo una llamada, pensaba que sería de el carrocero para confirmarme de que la luna estaba allí y que me pasara cuando quisiera a instalarla. Pero no, era del desguace, que en el transporte la luna se había roto.
¡No puede ser!
Cuarto intento
Ya me doy por vencido con los desguaces y decido ponerme en contacto con Cristalbox. Tengo cita para mañana para que me instalen una luna nueva. Doy por hecho que aquí no habrá sorpresas y que a la cuarta sea la vencida.
Escribiendo esto me he recordado de esa vez en la frontera de Francia y Suiza cuando visité 8 talleres en un día. Escribí sobre ello, podéis leerlo aquí.
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