Entrando en Suiza

Entrando en Suiza

El otro día cambié de país. Después de casi un mes por Francia, estaba entrando en Suiza.

Recorrí Suiza hace cuatro años y medio, en Enero. Hacia frío y había mucha nieve. Una de las cosas que me ha sorprendido esta vez, es el calor que hace, no se si es lo normal en verano o simplemente que me ha tocado.

Ya os conté que tuve un primer intento fallido de entrar en Suiza, recorrí dos o tres kilómetros y volví a Francia.

Esta vez hago una cosa que no hice al pasar la frontera hace unos días. En la frontera, había una gasolinera, un pequeño supermercado y  una especie de estanco. Entré en el estanco para comprar la «vignette» suiza. Es una pegatina que te permite usar todas las autopistas suizas durante un año. Cuesta 38€. La primera vez no la compré, si hubiese seguido conduciendo me hubiesen multado. Así que esos problemas mecánicos tampoco me vinieron tan mal.

Cuando entré en el estanco, el dueño estaba hablando francés e italiano al mismo tiempo con un amigo. Creo que se dieron cuenta de que viajo sin prisa, porque estuvieron hablando unos cinco minutos antes de atenderme. Estaba curioseando, cuando vi algo que llamó mi atención, un montón de botecitos con lo que parecía marihuana. Efectivamente, la marihuana es legal en Suiza.

Con la «vignette» puesta, empiezo a conducir, me tengo que parar, hay muchos burros cruzando la carretera. Y no veo que lleven la pegatina puesta.

Entrando en Suiza, burros cruzando la frontera
Entrando en Suiza, esta fue mi sorpresa, burros cruzando la frontera

 

En Francia me esperaba compañia. Beñat y Rosana llevan viajando unos cuantos días con su furgo por Suiza. Quedo con ellos en un pueblo llamado Saint-Gingolph. El pueblo esta divido en dos, medio pueblo esta en Suiza y el otro medio en Francia. Curioso.

Ellos me estaban esperando en un sitio genial. En frente del enorme «Lac Leman«, en la parte francesa del pueblo. Hacia mucho calor, así que nada mas llegar, bañito.

Entrando en Suiza, anocheciendo en Saint-Gingolph
Anocheciendo en Saint-Gingolph

Además de estar aparcados a tres o cuatro metros del agua, había un baño y una fuente de agua helada, genial. Eso si, el baño no estaba en Francia. Había que andar unos 100 metros y pasar la frontera a Suiza para hacer tus necesidades. Creo que en dos días crucé la frontera Francia- Suiza mas de cinco veces.

A las 8:30 de la mañana, después de desayunar y darme un bañito, tocaba seguir traviajando.

Entrando en Suiza, en frente del lago Leman
Traviajando en Saint-Gingolph

 

En el lago también había una playa, bueno, lo que ellos entienden como playa.

 

Entrando en Suiza, una playa en un lago
Playa en Saint-Gingolph, Francia

 

También encontramos a una vecina que dibujaba en el  lago, lo único que no tenía ninguna mesa, así que se las apañaba con una cómoda tabla de planchar.

 

Entrando en Suiza te encuentras sorpresas
¿Planchando o dibujando?

Están siendo unos días muy buenos e Suiza, es un país muy chulo.


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