Rompe la línea
artículo escrito por Laura Ruiz Martinez (@nanuninusporelmundo)
#nanuninusporelmundo y #rompelalínea son esos dos hashtags con los que podréis encontrarme en redes.
Pero antes de todo, ¿Quién soy yo?
Me llamo Laura, aunque me gusta que me llamen Lala. Nací en Mataró cerca de Barcelona. Aunque cómo siempre digo, soy ciudadana del mundo. Y es que, aunque la cultura en la que nacemos nos marca muchísimo, siempre estoy abierta a experimentar allí dónde voy.
He hecho de todo, o más bien eso me dicen las personas que me conocen de siempre. Me consideran una persona valiente, carismática y motivadora. La verdad es que vivo la vida con una ilusión desbordante. Amante de la naturaleza y los animales. Pasión por la escritura y las artes escénicas. Hacer el payaso se me da bien.
Siempre he sido una persona muy libre e independiente. Me fascina probar cosas nuevas y si suponen salir de la zona de confort aún mejor. Amo la adrenalina y afrontar cambios constantemente. Por eso cumplí mis dieciocho años recibiendo la noticia de que me habían aceptado en las fuerzas armadas.
Fue una experiencia que siempre recordaré como positiva aún viviendo cosas no tan agradables. Sé que me cambio la vida en muchos aspectos. Me hizo crecer a una velocidad desmesurada. Por eso, cuando salí de allí tras ser operada de ambas rodillas, volví a un trabajo normal, de hecho, me he pluriempleado bastantes veces. Dicen, que tienes que vivir de todo para poder valorar la vida de una forma distinta. En aquel momento, tenía la creencia limitante en mi cabeza, de que aquello que estaba viviendo era lo normal. Tener dos o incluso a veces tres trabajos y aguantar ese cúmulo de horas para poder vivir y disfrutar del ocio, como hacían mis amigos, yo vivía sola, ellos la mayoría con sus padres aún. Por eso, para ellos era más fácil salir todos los fines de semana cuando yo ya me encargaba de pagar recibos y facturas a tutiplén.
A mis veintitrés años, se sumó que era un culo inquieto, que amaba descubrir mundo, siempre que podía, me escapaba a cualquier lugar donde encontrara un vuelo barato por la plataforma Skyscanner o Ryanair, nunca he sido caprichosa en este sentido, me daba igual mar que montaña, frío o calor, yo lo que quería era viajar, probar su gastronomía y relacionarme con la gente que me iba encontrando por el camino.
Suiza
Un día, tras retomar conversación con una compañera del ejército, me explico que vivía en Suiza, que estaba encantada y que Suiza era fácil, ya que habla tres idiomas, alemán, francés e italiano, este último siempre me ha fascinado. Yo me acababa de mudar a un piso, de hecho, el más bonito hasta entonces, porque hoy en día, he hecho más de treinta mudanzas, y si no me creéis preguntarles a mis amigos, que siempre los he ido liando para que me echen una mano.
Impulsividad, antes se me olvidó mencionaros esta peculiar característica de mí. Y es que, si se me mete algo en la cabeza, tardo cero comas en dejarlo todo e irme. No le tengo temor a que sucederá, creo que siempre puedes recuperar lo que ya tienes. Incluso, muchas veces hasta mejor de lo que tenías. Desde luego, quedándote siempre parado, nunca te sucederán otras cosas.
Retomando, lo que os decía, esa noche no pude pegar ojo, miraba por internet, como una niña la noche previa a los reyes magos, con una emoción, como era la vida en Suiza y que formas tenía yo, para poder irme con algo medio atado. De seguida, encontré la plataforma de Aupair, que yo ni siquiera sabia hasta entonces que era esto, hoy en día muy famoso y expandido por todo el mundo. Pero, por si no lo conoces, ser Aupair, con unas ciertas condiciones de edad, nacionalidad, etc, es hospedarte en casa de una familia, ellos te proporcionan, alojamiento y todas las comidas, algunos incluso te dejan un vehículo para que te muevas y te pagan una academia de idiomas, para que aprendas su idioma mientras cuidas de los niños de la casa y les ayuda con las tareas de los pequeñajos. Mi experiencia en particular no fue muy buena, ya que abusan y querían que fuese más una chacha al concepto real de ser Aupair. Aunque, conocí a otras personas que estaban muy felices en las casas que encontraron.
Italia
El caso es que, mi idea era irme a Italia, país que me encanta, para poder aprender más fácilmente su idioma y poder trabajar en el cantón italiano de Suiza. Encontré una familia de inmediato, fue realmente fácil. Me fui super contenta a dar los quince días a mi empresa, llamé a la propietaria y le comuniqué que dejaba el piso ya. Llamé a mi familia y les comenté que en quince días volaba para Italia. Como buena impulsiva que soy, no podía ser de otra forma. Pero está vez, como tantas otras, la vida me la jugó y a siete días de dejarlo todo para irme, la familia contactó conmigo y me dijo que no podía acogerme. Fue un choque, pero tengo comprobado, que cuanto más fuerte es, más fácil encuentro una solución y es que al final, estamos hechos para afrontar todo aquello que vivimos.
Alemania
Dos días después, no solo había encontrado un lugar, sino dos y me toco elegir. Ambos estaban en Alemania, una familia cerca de Frankfurt y la otra de Núremberg. No tenía ni idea de alemán, de hecho, nunca había sido un país que me llamará la atención. A final de curso sí que visité Berlín, pero ya sabéis como son estos viajes. De Berlín vi más bien poco más que el albergue dónde nos hospedábamos.
En esos siete días que me quedaban en España, aproveché más para despedirme que indagar siquiera la región a la que había decidido trasladarme. Tan solo me dio tiempo a comprarme un libro de alemán fácil, estos de bolsillo. Recuerdo bajar del avión sin ni siquiera saber decir ni hola en alemán, tampoco sé inglés. Al final la historia de Alemania se alargó a cinco años y aquí podría extenderme muchísimo, así que para puntualizar diré qué, a los tres meses ya tenía un trabajo en una Bretzelbäckerei qué es un kiosco donde venden Bretzel algo muy típico en Alemania, que además recién hechos están buenísimos.
A los seis meses ya podía defenderme hablando. Qué el tiempo, cuándo vives en otro país, corre a una velocidad diferente. Las semanas parecen meses y los meses años. Entablas amistades, grandes amistades en días y es que ellos se convierten en tu familia. Conocí a personas que estaban de paso, otras que ya se regresaron y muchos que aún quedan por allí. Considerarme rica, es tener amigos esparcidos por todo el mundo. Reencontrarte con ellos en cualquier lugar y que, en este caso, en especial, es como si el tiempo no hubiera pasado, todo es como antes o hasta mejor.
España
Un día decidí volver, volver a España. Volví con mi actual pareja que de hecho nos conocimos allí, a escasos siete meses de comenzar mi aventura por Alemania.
Me sentía como en casa, era mi segundo hogar. Ya lo tenía todo, un piso que me gustaba y habíamos decorado a nuestro gusto. Un grupo de amigos con los que compartir momentos de ocio. Tenía mi rutina hecha. Pero no sabéis lo mucho que me asfixiaba y es que tardé mucho en comprender que “Vivir anclada a un lugar me produce ansiedad” Y además de verdad. Os escribe la Lala de ahora, la del dos mil veinte. Está que ha decidido salir del bucle de vida que te marca la sociedad. La Lala, que si hace diez años hubiera sabido que hay mil y una formas de vivir la vida diferente os asegura que ya habría probado al menos la mitad.
Y es que no somos conscientes, hasta pasar varias etapas de nuestra vida. Normalmente hasta entrar en una enfermedad como puede ser la ansiedad, el estrés y la depresión las más comunes. También sucede tras rupturas, perdidas o en el mejor de los casos, gracias a conocer a alguien que te muestra como en su vida alternativa y se despierta en ti esa motivación inquietante que rompe todas tus barreras mentales.
La vuelta a España no fue mejor. Conseguí un trabajo mejor de los que tenía antes de marcharme, eso sí. Pero este fue mi gran detonante. Conseguí un gran ascenso dentro de la empresa. De esos que el dinero te nubla. Me ofrecían una gran cantidad además de ponerme dos profesores particulares de ingles solo para mí. Conducía coches llamativos y dormía seis días a la semana en hoteles de cuatro estrellas con todas mis comidas pagadas. Aguante cinco meses. Y hoy en día, me parece que aguanté demasiado.
Estudios
Yo no me saqué una carrera, no me gustaba estudiar en este sistema educativo. Me interesaba el arte, estudié teatro y Tv y he hecho cursos de nutrición y ahora, por último, me he formado como coach emocional, para poder ayudar a personas a sobrellevar la ansiedad, ya que es algo que no se puede erradicar, pero si puedo ayudarles a combatir sus miedos e inseguridades, que al final suele ser el foco por el cual se producen esas enfermedades. Tratándolas podemos ayudar a sobrellevar este problema.
Mi creencia limitante, esta que me habían interpuesto y otras más, me hizo luchar por ser alguien en esta vida, cuando mi felicidad está en ser yo misma siempre.
No tener estudios específicos no significa estar condenado a pluriemplearte, ni estar obligado a trabajar con suerte cuarenta horas a la semana, ni no llegar a ser nadie en esta vida.
No solo hay un camino correcto, hay millones de ellos y viajar y relacionarme con personas, algo que me encanta y me llena de vida, me hizo romper esa barrera mental y darme cuenta, de que yo puedo escoger que estudiar, valorar que es lo que realmente me hace feliz y como puedo monetizarlo y sobre todo, que este fin, me ayude a mí a vivir la vida como quiero y aporte valor al resto.
Por eso, una vez más y aunque la gente que me rodea nunca me comprenda, aunque tampoco espero aprobación de nadie, he aprendido que así es mejor. Comencé este dos mil veinte regresando a Alemania para coger aire, sí, necesitaba pensar y aquí me estaba ahogando. Utilice el coaching para sanarme a mí y esclarecer que me producía esta ansiedad. Me acababa de comprar una furgoneta gran volumen y mi sueño era vivir en ella. Pero después de mirar veinte mil empresas de camperización me di cuenta de que no me lo podía permitir. Ni quería, ni podía hipotecarme a pagar la suma de 16.000 € al camperizador más económico que encontré.
Tenéis la segunda parte AQUÍ
Sigue a Lala en:
¿Te ha gustado lo que has leído?
😍
Si quieres ayudar al proyecto de Viajando Simple (y a una ONG):
- He publicado un libro. Puedes comprar esta guía para ti o para otra persona interesada en el mundo camper.
-
¿Vas a comprar algún producto en Amazon? Puedes hacerlo a través de mis enlaces, gano una pequeña comisión sin que a ti te cueste nada extra y así apoyas estos contenidos. O incluso puedes echar un vistazo a mis artículos favoritos.