El proceso de camperizar una furgoneta

Iñigo Comentarios 0 comentarios

Que recuerdos… el proceso de camperizar una furgoneta. ¿Lo hice solo? ¿El mundo de las furgonetas camper está de moda?

Encontrar furgonetas camper de segunda mano es fácil. Pero tras cinco diferentes furgonetas a lo largo de mi vida, tocaba el momento de comprar una vieja Volkswagen para camperizarla con mis propias manos.

Gracias a toda la información de internet y la facilidad de encontrar accesorios camper, tomé la decisión. Me acuerdo que mi jefe me dijo, (durante bastante tiempo me preguntaba si era manitas y yo no sabia que responder) Si ya hay empresas de camperización de furgonetas. ¿Para qué te vas a meter en ese fregado?.

Gracias a todos los videos que puedes encontrar en internet con furgonetas camperizadas por sus propios dueños, me picaba la curiosidad de saber si yo también sería capaz.

Lo primero quiero agradecer a toda la gente que ha hecho que esta furgoneta luzca así de bien. A sido mucha gente.

¿Quiénes participaron?

Jon, ha sido el que más ideas me ha dado. Recuerdo estar en Cantabria haciendo bocetos de como podría ser el diseño y enviándoselos. Él me cambiaba todo lo que yo tenía en la cabeza, pero tras pensarlo, me daba cuenta de que tenía razón. Gracias a él también ha sido un proceso rápido. No me olvido de el día que quitamos el suelo original que venía en la furgoneta. Yo lo miraba, y pensaba cómo hacerlo, hasta que llegó Jon con una palanca en la mano, y a lo bestia, lo quitó en dos minutos.

El proceso de camperizar una furgoneta — Aislando el suelo

Otra grandísima ayuda fue Beñat. Recuerdo cuando lo encontré en Leroy Merlin y me dijo. – Si quieres pásate mañana a la mañana por casa y nos ponemos a ello (no sabía lo que acababa de hacer). Ese día y muchos otros trabajamos casi 12 horas en su casa. Gracias a él, hoy puedo disfrutar entre otras cosas, de un espectacular mueble super funcional que uso varias horas al día. Beñat me ayudó justo antes de su boda, por lo que robé a Rosana tiempo de pasar con su novio. Gracias a ti Rosana por la ayuda y por no enfadarte conmigo por robarte durante tantas horas a Beñat 😉

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Amaia también fue una parte fundamental de la construcción de este hogar sobre ruedas. Sobre todo por aguantarme, por darme fuerzas, y por su ejecución desinteresada. Ayudó con el mueble, con las telas, con la cama, con el techo y por último, en Austria, con las cortinas. Además de física, fue una ayuda psicológica enorme.

Mucha otra gente formó parte de este proyecto. Recuerdo uno de los primeros días, en Sokoa, cortando maderas con el otro Beñat, con el que acaba de ser padre, y pegándolas con Angeles. Formábamos un buen equipo. De mientras Aitziber y Sofi, supervisaban todo el trabajo. Un mes más tarde, también en Francia, el mismo equipo me ayudó a poner el suelo. ¡Vaya vacaciones os he dado!

Alazne, que además de ver la furgo conmigo por primera vez en Bilbao, ahí estaba, formando parte del proceso de camperizar una furgoneta. Me ayudó desde el primer día quitando todo el panelado original de la furgoneta. Aunque no estaba pasado por su mejor momento, siempre estaba ahí, dispuesta a ayudar.

Angel también me ayudo a cortar madera para el techo y las puertas. Y lo mejor, ahora él y mi prima han comprado una furgoneta para hacer lo mismo. Bueno lo mismo no, porque se van a complicar un poco más que yo, también van a instalar un baño dentro de su furgoneta.

Recuerdo el día que iba a volar aviones teledirigidos con Jorge. Tras un accidente aéreo, que nos hizo cancelar los planes, le propuse ponernos a trabajar en el aislamiento de la furgoneta. A lo cual el acepto sin dudar lo más mínimo. Cambio de planes.

Incluso mis sobrinos formaron parte del aislamiento y de la construcción de la cama. Los mejores ayudantes.