Viaja siempre de una forma diferente
Artículo escrito por Anabel Anguiano (@postales_de_anabel)
Yo soy una persona a la que le gusta vivir experiencias nuevas y salir constantemente de mi zona de confort, y es por ello que me gusta viajar de una forma distinta en cada ocasión que lo hago. Siento que dependiendo el tipo de viaje que hagas y la forma en que llegas a conocer un nuevo país, cambiará totalmente la experiencia y el aprendizaje que tendrás. En este artículo te platicaré un poco de las diferentes formas en las que he viajado y lo que cada una me ha dejado de aprendizaje.
Viajar sola
Viajar sola es creo de las mejores experiencias que he tenido en la vida, pero sin duda la más difícil. Cuando viajas solo te encuentras ante muchos retos y principalmente, te ves forzado a conocerte y a mejorar la relación que tienes contigo mismo. Pasas mucho tiempo solo con tu mente y si no te quieres a ti, la puedes pasar bastante mal. Sin embargo, al estar solo, aprendes a disfrutar de tu propia compañía y también te permite conocerte en diferentes situaciones que te harán ver de lo que eres capaz. También te empuja a hablar con gente desconocida y a hacer amigos en cualquier lugar, lo cual eleva tu autoestima y la confianza en ti mismo.
Haz un voluntariado
Otra manera de viajar que a mí me gustó mucho, es hacer un voluntariado en otro país. Esto te permite conocer una cultura y una forma de vida totalmente distinta a la tuya. En sí, hacer un voluntariado en donde sea, es una experiencia que te permite valorar lo que tienes. Te hace ver que todos tenemos problemas y preocupaciones, pero cada quien decide la forma en que percibe las cosas; si sufrir o disfrutar la vida incluso con los problemas. Hacer un voluntariado en el extranjero te hace dejar de lado la comodidad de tu país, de tu cultura y de tus costumbres y te ayuda a salir de tu zona de confort. Además, la sensación de aportar un granito de arena y dejar una huella en una o varias personas al otro del mundo, es maravillosa.
Estudia en otro país
También puedes conocer otro país yendo como estudiante. Con esta modalidad puedes vivir por un tiempo más largo en un país, conocer un lugar y su gente de arriba a abajo. Además, te permite estudiar con un sistema de educación diferente al que estás acostumbrado, y por tanto, aprendes diferentes formas de hacer las cosas. Vivir en otro país te hace ver que las cosas como las conocías no son siempre las correctas y que hay un sin número de posibilidades ahí afuera. Tu imaginación se expande, ya que estás conviviendo con otras culturas todo el tiempo y adquieres habilidades nuevas.
Viaja con tus amigos
Viajar con amigos en un roadtrip me fascina. Esa aventura de tomar un coche e ir a un lugar nuevo es increíble. Ves paisajes y lugares hermosos en el camino y además vives situaciones inesperadas; ya sea que se pierdan, que encuentren un lugar mágico el cual no se esperaban o que conozcan gente interesante en el camino. También es una manera de conocer mejor a tus amigos, de fortalecer el vínculo y de hacer recuerdos para toda la vida. Esas aventuras y experiencias que vivieron juntos las estarán contando por años.
Haz un tour
También existen los clásicos tours. Esta forma de viajar, aunque no es mi favorita, tiene muchas ventajas. Al contratar un tour sabes qué es lo que vas a ver desde un inicio y no te tienes que preocupar por casi nada, más que en ser puntual. Te despiertas por la mañana a la hora acordada y todo está listo para ti. Además, siempre tendrás a alguien que te explique lo que quieras saber y te asegurarás de al menos conocer los lugares emblemáticos o más turísticos del lugar que visitas. La verdad es que yo soy más aventurera y prefiero no ir en tour, pero reconozco los beneficios de hacerlo.
Como viste, hay muchas maneras de viajar y cada una de ellas te permite ver la vida desde otra perspectiva. Son formas de conocer culturas, aprender de ellas y de apreciar todo lo que el mundo y la vida tiene para ti. Cual sea la forma de viajar que elijas, asegúrate de disfrutar la experiencia al máximo y, sobre todo, de aprender mucho; porque lo que más te deja un viaje, es el aprendizaje al final de él.
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