SUEÑAS CON ELLO, ¡PUES A POR TODAS!

SUEÑAS CON ELLO, ¡PUES A POR TODAS!

Artículo escrito por
Belén Martínez
(@belen.nomada)

Ya hace casi cuatro años que mi primera van me encontró a mí. Sí, sí. ¡Cómo lo oyes! Fue ella la que me encontró a mí. Tener una van siempre había sido uno de mis sueños pero en ese momento yo no estaba buscando comprarme una.

Todo comenzó a raíz de un curso de Asistente Virtual que estaba haciendo. La mayoría de mis compañeras del curso estaban en España, pero resultó que una estaba en Australia, como yo. ¡Y fíjate que es grande Australia, eh! Pues justo estaba en la misma ciudad que yo, en Gold Coast. 

Así que quedamos para ver el sunset y conocernos. Aquella misma tarde me contó que se había comprado una van con su pareja, me dijo lo que les había costado y que en diciembre se volvían a España. Entonces era junio y yo ya tenía ahorrado el dinero que me dijo que les costó, así que supuse que la venderían por un precio parecido. Sin pensármelo dos veces le dije… “Cuando os vayáis, me la quedo yo”. Y así fue como mi van me encontró a mí.

mi primera van

¿Es necesaria experiencia previa? ¡No!

No había viajado nunca en una van. No había dormido ni tan siquiera una noche en una van. Nunca había hecho un road trip. Pero los que somos almas libres no tenemos ni la más mínima duda, aún sin haberlo probado nunca, de que este estilo de vida es el que nos gusta. Así que no dudé ni un momento en comprármela. 

Cuando me la compré no pensé en hacerlo para vivir en ella, pero poco a poco, la idea iba rondando más por mi mente y ya sabes… esa sensación de que los planetas se alinean y va sucediendo lo que realmente quieres. Dos meses después de tener la van, me fui a vivir en ella. 

Las voces negativas que siempre aparecen

“No te veo yo a ti viviendo en una van”, me dijo un conocido que también vivía en una. Realmente el comentario no me afectó, pero sí que pensé que era obvio que esta persona no me conocía lo suficiente. Cualquiera que sea un poco cercano a mí sabe que soy una gran aventurera y que vivir en una van era una aventura que iba mucho con mi filosofía de vida.

Al final acabé viviendo en la furgoneta por un tiempo más prolongado que esta persona. Dejé de hacerlo porque se me presentó un proyecto que me pareció interesante, si no hubiera continuado viviendo en ella, pues lo hago porque me gusta. Bueno no, mejor dicho, lo hago porque me ENCANTA. 

A los nueve meses de vivir en la van me mudé a una casa, pero seguía haciendo a menudo pequeñas escapadas con los amigos.

Me encantaba mi van, pero no la había hecho yo, así que no estaba camperizada a mi gusto. Tenía muebles en toda la parte de atrás (hasta arriba) y la cama fija por lo que no podía estar tumbada en la cama con la puerta trasera abierta, y pasar horas y horas mirando el mar. Esto, sin duda alguna, era lo que más echaba de menos en mi primera van.

vivir la vanlife

Con actitud y ganas todo es posible

Poco a poco comencé a pensar en la idea de cambiar de van. El mercado estaba muy bien en ese momento, creí que era buena idea vender la mía y comprar otra. Sin embargo, ninguna de las que había en el mercado me gustaba. Seguía sin encontrar una furgo que además de funcional fuera bonita, de madera, a mi estilo…

Dado que no encontraba ninguna a mi gusto, un amigo me insistía en comprar una vacía y hacerla yo misma. Me decía que camperizar una van no tenía mucho misterio; pero claro, yo no había cogido un taladro ni una herramienta en mi vida. Aunque tenía lo más importante, lo que hace que cualquier persona tenga motivación ante cualquier proyecto: yo tenía mucha actitud y ganas.

Ojo, no solo tenía actitud y ganas, también tenía miedo, pero soy una persona que nunca deja que el miedo le paralice. Es más, soy una persona a la que le gustan los retos y esto, sin duda, era todo un reto para mí. 

Como siempre hago, me ponía a pensar en lo peor que podría pasar, qué podría salir mal si yo misma camperizaba mi van, ¿que se cayese un armario mientras iba conduciendo? Poco problema, si se cae algo, se arregla y listo. Iba a experimentar con mi propia van, así que la única persona que saldría malparada si algo lo hacía mal, sería yo. Y yo era consciente de que las cosas no iban a ser fáciles ni iba a salir todo a la primera.

Mi primera camperización con cero conocimientos previos

Así que nos pusimos a buscar y de repente apareció mi van. A partir de ahí, tocaba camperizar. Fue un proceso que me costó ya que por un tiempo tuve las dos furgonetas. No quería vender la vieja hasta que tuviera la otra camperizada pero la verdad fue que tuve que vender la vieja para empezar la nueva, ya que si no, nunca me ponía manos a la obra.

la van de mis sueños

Un amigo me dejó las herramientas, pero aún así no sabía ni qué materiales me hacían falta. Me había visto muchos tutoriales de YouTube, seguía a muchas cuentas de Instagram de camperización, había leído muchos artículos… pero aún así no sabía por dónde empezar. 

Se lo comenté a una de mis mejores amigas, le dije que estaba bloqueada. Sin dudarlo ni un segundo ella me dijo “Mañana vamos a la tienda de bricolaje y empezamos”. Y así fue, nos plantamos allá sin mucha idea de qué comprar, pero lo hicimos. Aquel día creo que hicimos por lo menos dos viajes más a la tienda de bricolaje.

Aquella tienda al final acabó siendo mi segunda casa. Creo que nunca había estado tantas veces en una misma tienda en dos meses. Los dependientes al final ya me conocían, incluso me preguntaban cómo iba el proyecto.

Camperiza tu van

Todo esfuerzo tiene su recompensa

Durante dos meses, cualquier momento libre que tenía lo dedicaba a trabajar en la van. Mis amigos se iban a la playa los fines de semana a surfear y yo me quedaba en casa trabajando en la van. Tenía que aprovechar los fines de semana ya que entre semana trabajaba y aunque algunos días también podía dedicarle tiempo, el fin de semana era cuando podía avanzar más.

La mayoría de esos días que me quedé trabajando, me habría ido con mis amigos a surfear pero sabía que todo esfuerzo tiene su recompensa. Hoy estoy aquí en mi van, a 1,000 km de distancia de mi casa, escribiendo este artículo en mi preciosa van, frente al mar, después de llevar 45 días en ruta y con la intención de estar muchos meses más viajando por todo Australia.

Nómada digital trabajando desde furgoneta

Si yo he podido, tú también puedes

Con este artículo no pretendo que pienses “Woooow qué guay, ojalá yo también pudiera”. No, no. Todo lo contrario, con mi historia solo quiero mostrarte que todos podemos conseguir todo aquello que nos propongamos. Por mucho que te digan los demás que no vas a poder, que no se puede, por mucho que otros no crean en ti, que tengan miedos, etc. da igual si tú crees en ti mismo. 

Desde muy joven, tener una van y poder despertar en cualquier playa frente al mar, era uno de mis sueños. Sabía que tarde o temprano lo conseguiría, lo que nunca imaginé fue que sería en Australia, donde vivo desde hace casi cinco años.

Actualmente, vivo en mi van y trabajo en remoto en YouTOOProject. Soy nómada digital, ayudo a personas que, como yo, deciden venir a Australia a vivir una aventura, a estudiar inglés, a conocer este increíble país, a cambiar de aires, etc.

Campericé mi primera van

Golden hour desde mi furgoneta

Hoy tengo la vida que siempre soñé. Vivo en mi van (Calma), viajando sola por Australia sin rumbo fijo y sin fecha de regreso mientras ayudo a más personas a cumplir sus sueños. Para conseguirlo lo único que he hecho ha sido perseguir mis sueños. Si quiero algo pongo el foco en ello y no paro hasta conseguirlo.

Todos podemos alcanzar aquello que nos propongamos, así que si tu sueño también es vivir en una furgoneta mientras trabajas en remoto y descubrir este precioso planeta… ¡Dale! Ve a por ello y no pares hasta conseguirlo pues los sueños dejan de ser sueños cuando se convierten en objetivos. No escuches a las voces negativas. ¡A por ellos! 

¡Paz y amor!

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Un comentario en «SUEÑAS CON ELLO, ¡PUES A POR TODAS!»

  1. Me encanta con la pasión que contáis vuestras experiencias. Sin duda os continuaré leyendo!

    Un saludo.

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