Me encanta vivir y viajar en furgoneta, pero quiero contaros lo que no me gusta. Aquí mi Top 5: lo peor de vivir en una furgoneta.

Es curioso pero me gusta mucho hablar de lo malo de vivir en una furgoneta. Es más, en el principio de mi libro; «Cómo vivir y viajar en furgoneta» parece que intento quitarte las ganas.

Hacer la cama:

Cada noche tengo que sacar las sabanas, abrir la cama  y encajar los colchones para convertir mi sofá en una cama.

Pero la verdad es que esta cama es la más fácil de hacer de todas las que he tenido en mis 6 diferentes furgonetas.Solo es tirar de una esquina, y la tienes abierta.

Pero tú puedes tener una cama fija aunque a mi no me gusta en furgonetas pequeñas.

Miradas:

Mi anterior furgoneta era muy muy bonita. Eso tiene algo malo, que todo el mundo te mira, es difícil pasar desapercibido.

En esta nueva  furgoneta en cambio paso muy desapercibido a menos que tenga las puertas abiertas,  ahí ya la gente se pone en modalidad cotilla.

Aunque me encanta que la gente se acerque y ponerme a hablar de furgoentas, a veces me gustaría pasar más desapercibido.

Recoger antes de conducir:

Cuando llevas parado uno o dos días, la furgoneta no está ordenada y así no se puede conducir. Así que toca quitar las cosas de la mesa, asegurarse de que los cajones están cerrados y que no hay nada colgando por ahí que se vaya a caer en la primera curva.

Calor en furgoneta camper:

Como en cualquier otro vehículo, si pega el sol es un horno. Por eso opté por gastar mucho tiempo y dinero en aislarla térmicamente.

Aunque tampoco hice muy buen trabajo.

He llegado a pasar de los 40 grados en alguna de las furgos que he tenido. Tener muchas ventanas es un gran enemigo.

Lo bueno es que intento escapar del calor viajando por el norte en verano y por el sur en invierno. Me encanta esa libertad.

Ir a buscar agua:

Ahora mismo cuento con dos depósitos de 20 litros de agua. Me duran entre cuatro y cinco días.

En mi vieja furgoneta solo contaba con uno de 10 litros más otros cinco en una ducha solar.

Además, tener un grifo y un fregadero como en casa, hace que consumas muchísima más agua. Hasta esta sexta furgoneta no los tenía.

Actualización: Tras seis meses viviendo y viajando en la furgoneta, decidí comprar un tercer bidón de 20 litros. Ahora puedo estas otros dos días más sin preocuparme.

Este ha sido mi Top 5: lo peor de vivir en una furgoneta pero hay muchas cosas buenas, aquí tenéis lo mejor de vivir en una furgoneta camper.

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