Cosas imprescindibles para vivir y viajar en furgoneta
Para empezar hay que decir que no hay prácticamente nada imprescindible, bueno sí, un colchón.
Mi primera furgoneta fue una monovolumen. No tenía ni cocina, ni espacio de almacenaje, ni nada.
A mí me encantaban las primeras escapadas por Australia con esa furgoneta.
Recuerdo pasarme dos días cocinando, antes de salir de casa, para llevarme un montón de comida conmigo.
Así no tenía que comer fuera.
En mi segunda furgoneta camper dormía sobre un montón de mantas encima de una tabla de madera. Así que lo de colchón… ya ves.
Una verdadera furgoneta camper
Hoy vamos a partir de la base de una furgoneta camper más o menos decente; con su cocina, depósito de agua, nevera…
Como os decía, yo fui muy poco a poco con las furgonetas, así en total he tenido 6 diferentes.
En esta última, una Volkswagen T4 del año 1994 camperizada por mi, tengo cosas que no había tenído nunca.
Por eso en esta lista va a haber un poco de todo. Cosas que tengo desde hace mucho y cosas que he empezado a disfrutar estos últimos años.
Voy a lo que para mí AHORA es imprescindible para vivir y viajar en furgoneta.
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Ducha
En casi todas mis anteriores furgonetas he tenido la típica ducha solar. Básicamente es una bolsa negra (donde entran unos 10 litros de agua) con una manguera.
Si la pones al sol unas horas el agua se calienta. Si no, siempre puedes mezclar un poco de agua hirviendo de la cazuela, con agua a temperatura ambiente.
Hasta ahora estaba contento con ella, pero ahora he descubierto otra cosa bastante mejor.
Lo malo de la ducha solar, es que la tienes que poner a más de dos metros y medio de altura para que sea cómoda de usar. El agua cae por la gravedad y como el tubo mide unos 50 centímetros, la bolsa tendrá que colgar desde casi un metro por encima tuyo.
La mayoría de veces la ponía simplemente encima de la furgoneta, y me duchaba de rodillas. Hacer esto de vez en cuando no es un problema, pero vivir así no lo veo.
Nueva ducha
En esta «nueva» furgoneta tengo una bomba de agua. Lo que hace que puedas tener conectada una manguera a un bidón de agua y salga el agua a «presión» (poca presión).
Lo que hice fue conectar a esa manguera una especie de alcachofa de ducha, pero de jardinería, que tiene varios modos para sacar el agua.
Cuando salí de viaje hace dos años, compré un enganche ventosa para poner en el cristal de la furgo, por fuera. Pero como ya me imaginaba, tuve un problema.
Era muy cómodo ducharse sin tener que aguantar la alcachofa en la mano continuamente, pero además de que gastaba más agua, corría peligro de que me la dejase puesta.
En un par de ocasiones así fue y al llegar al siguiente destino me daba cuenta de que había conducido con la ventosa pegada. Pero llego el día en que la ventosa ya no estaba, la perdí por el camino.
Creo que no me llego a durar más de dos semanas.
Frigorífico de compresor
En todas las furgonetas camper había usado una nevera donde metía hielos cada dos días.
Era lo que conocía y aunque no me entusiasmase ya estaba acostumbrado.
A veces la comida acababa flotando en el agua después de que los hielos se derritieran. Otras veces la comida se me estropeaba porque no estaba suficientemente frío. Así que ahora decidí cambiar.
Ir a buscar hielo cada dos días, además de ser caro a largo plazo y malo para el medio ambiente, era bastante inconveniente.
Recuerdo cuando empecé a comprar las cosas para camperizar esta furgoneta. Miraba los frígorificos y como me parecían tan caros, lo dejaba para el día siguiente.
Después de un mes estudiando el sector, decidí comprar un frigorífico de compresor, como los de las casas.
La otra opción, mucho más barata, era uno termoelectrico.
La ventaja de uno de compresor, es que tu pones la temperatura y se mantiene, mientras que los termoeléctricos solo son capaces de bajar X grados la temperatura ambiente.
Lo malo de esto, es que si dejas la furgoneta al sol, el interior puede alcanzar 50°C. Por eso un frigorífico termoeléctrico probablemente no esté a menos de 20°C. Además el consumo eléctrico en este tipo de frigoríficos es bastante mayor.
Así que me dolió mucho, pero me gasté 300€ en un pequeño frigo de compresor de 12v. Es lo más caro que he comprado para camperizar la furgoneta, pero la verdad es que no me arrepiento.
Cama cómoda
Si vas a pasar los fines de semana con tu furgoneta, igual no te importa tanto que no tengas un colchón comodísimo, pero cuando vives en ella, si es algo que marca la diferencia.
Hoy en día puedes encontrar colchones viscolásticos a medida desde 200€, así que es algo en lo que pienso que hay que invertir.
Yo he tenido un problema, compré un colchón demasiado fino. Después de casi un año de uso, cuando estaba sentado (porque es sofá cama) notaba las maderas de debajo.
No quería comprar un colchón nuevo mas grueso porque la funda no me valdría.
Lo que hice fue comprar una espuma fina para poner bajo el colchón.
Si vas a comprar un colchón para tu furgoneta, pienso que uno de mínmo 15 centímetros de grosor es necesario. Y que sea de una densidad dura, ya que con el paso del tiempo, estos colchones con capas viscolásticas se hacen más blandos.
Recuerdo que cuando recibí el mío me parecía un poco duro y mira luego.
Hace tiempo, ya ni me acordaba, grabé un podcast hablando de 10 cosas casi imprescindibles. Ni sé lo que dije, pero aquí está por si te interesa.
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