Cada vez que voy a Berlín, me gusta aparcar en el aeropuerto abandonado de Tempelhof, es un lugar que me encanta.

En una de mis últimas visitas (habré pasado más de 60 días en total por ahí) echando para atrás muy confiado, golpeé un árbol y aboyé una de las puertas traseras. Intenté arreglarlo con contrastes de agua helada y agua hirviendo siguiendo un video de Vicesat pero no funcionó.

Por eso os voy a contar una cosa hoy. Algo de lo que me arrepiento de no haber puesto en mi Volkswagen T4. 

Se trata de una cámara de visión trasera. 

Por lo menos esa furgoneta tiene una buena visión a través del retrovisor y unas ventanas grandes por las que ver qué tengo detrás. 

En cambio, el pequeño camión que he comprado, el Nissan Cabstar, no tiene la cabina y la caja conectados, así que no se ve nada. Por eso tenía clarísimo que iba a poner una cámara trasera, además que mide casi un metro más de largo y es algo más ancho.

Simplemente, os quería decir que por lo que valen, las hay desde 30€, creo que es algo súper recomendable.

Como siempre recordaros que muchas cosillas interesantes para furgonetas, como cámaras traseras, las tenéis en el escaparate de Amazon. Si todavía no les habéis echado un vistazo las tenéis AQUÍ.